¿Una Copa Mr Simkin?

Tras la decilución de la noche anterior esa noche habia regresado en busca de diversión, no sabia el tipo o con quien me divertiria, solo sabia el local donde sucederia todo ello: La Cabeza de Puerco.

Era el local de la noche anterior donde habia dejado pendiente la deuda con el cantinero porque el Sr. Ministro habia decidido llevarse al juguete para el...aunque aquella noche iba con la intencion de divertirse podria quizas si el ambiente no estaba bueno, pagarselo con un grato momento para satisfacer sus necesidades. No era lo ideal pero era pasable.

Entre a aquel local y me deshice de mi tunica dejandola en un perchero revelando mi camisa blanca que las unicas cosas que parecian recatadas eran el cuello y las mangas, con pereza desate la cinta negra del cuello. Era conciente mientras andaba hacia una mesa que mi camisa abierta en el frente llamaba la atención de más de una persona pero no me moleste en siquiera dirigir una mirada. Al pasar por la barra le susurre al cantinero.

-Querido lo mismo de siempre - dije sonriendole caminando a la mesa en lo profundo de aquel local donde podria realizar mis travesuras tranquilas o conversar agusto diese cual diese el caso.

No era difícil ver atractivo en la mujer recién llegada, mas bien fácil. Muy fácil. Por eso miró rápidamente en otra dirección, sin siquiera cruzar miradas. No quería hacerlo en primer lugar; era incomodo.

- Era mejor, ..., si alguien llegaba con intenciones oscuras, este lugar era ideal para defenderse y... - Pensó Demian para sus adentros, pero se frenó de golpe. - ¿Porque pensar en eso? ¿De donde el impulso de ver eso? -

Luego, se descubrió cruzando la mirada de ella cuando ya había terminado de divagar. Le cruzó la mirada sin querer.

- ¡Ah, carajo! - Sonrió abierta y torpemente, intentando de hacer la situación mas liviana.

Caminaba a la mesa escogida cuando sentí sobre mi una mirada ausente que me obligo a dedicarle mi atención, con indiferencia y la sonrisa pintada en los labios comencé la búsqueda del dueño sin ningún recato. La halle en un hombre sentado en una solitaria mesa, este ejemplar parecía sacada de una de las paginas de una antigua revista muggle que había tenido la oportunidad de ver.

No pude evitar dejar salir de mis labios una ligera risa, era bastante poco común que un hombre pudiese hacer lucir un traje tan… ¿Cual era la palabra que buscaba?...tapado, no recatado; si definitivamente recatado, casi al punto de caer a lo que era conocido como “ñoño“, pero los rasgos tanto los de su cuerpo como del rostro de este impedía que cayera en aquella categoría.

Le sostuve la mirada unos momentos y al notar en su faz una sonrisa me comencé a acercar a la mesa donde él se encontraba sentando, mientras avanzaba la sonrisa se tornaba más traviesa , cuando alcance su mesa apoye una de mis manos sobre el respaldo de una silla frente a la suya pregunte con fingida inocencia.

-¿Puedo sentarme?-

- ¡EH! - Estúpido, pero lo único que salio de mis labios fue eso.

No tenia donde refugiarme, me hablaban. Pense rapidamente en mis posibilidades, planear lentamente mis estrategias. Aunque bien, no tenia ninguna.

- Si, por supuesto. - Dije mientras me rascaba la nuca. Elegí ser amable, no conocía a nadie del lugar y solo había visto pequeños jovenes por ahí. Era mejor entablar una conversación, asi saber que hacer. Si pudiese hablar con Karin podría quizás hacer un lineamiento, pero lo mio no son las tácticas, es la ejecución. Estaba ridículamente encerrado solo por la persona de una mujer.

No podría ser. Ya me había dicho el Sr. Seth. "Habla y escucha". Recordando una película, hice señas al tabernero.

- Un vaso de lo mejor. - Sonaba mal esa frase en mi boca. Pero, debía seguir la linea.

- ¿Que trae una chica como tu por estos lares?. -

Aquella antigua galanteria y nerviosismo era algo que no veia hacia mucho tiempo, me llego a parecer hasta enternecedor, parecia que ya habia encontrado con quien jugar esa noche.

-La pregunta seria al revez- respondi sonriendo mientras me cruzaba de piernas y me inclinaba a ver al joven mejor- ¿Qué hace aquí un dandy como usted en un lugar como este?- pregunte estirando mi mano para acariciar la mejilla de este- No es necesario que me pidas un trago, ya me traen el que siempre bebo-sonrei con inocencia alejando mi mano- ¿enseña en el colegio?- pregunte porque tenia las inevitables características de un docente, lo cual le daba rienda suelta a toda clase de pensamientos.

No acostumbrado a relacionarme extensivamente con gente, me sentí algo disminuido y por debajo maldije a mi mentor por mantenerme tan lejos de todo. Durante un segundo me cuestione sus motivos. Pero, tenia a alguien, muy atractiva por lo demás, interesada en mi; debía mantener eso así.

No tarde mucho tiempo en recordar muchas cosas que me habian dicho, y las que mas grabada me había quedado en la cabeza era, mantente un misterio. Mi respuesta aunque quizás vacua, daba espacios par darme tiempo y estudiar mejor a esa mujer. Mire el lugar rápidamente y estudie mis posibles salidas antes que algo saliese mal. Insistí en acomodar mis guantes e instintivamente recode que tenia otro par de lentes conmigo y los busque.

- ¿Y que tal si así es, dama? - Mientras me cambiaba de lentes. Espero que no intente venderme nada. Seria decepcionante.

Mire extrañada esa extraña manía del hombre sentado frente mi, pero no pude evitar dejar salir de mis labios una carcajada al ver como cambiaba de lentes.

- Entonces de allí es donde me pareció verlo.... no me olvidaría de un rostro como el suyo - dije con coquetería, mirándolo sin descaro de cabeza a pies sin que de mi rostro desapareciera la sonrisa traviesa del comienzo- No se equivoque, no vengo a venderle nada me pagan demasiado bien como para tener que andar consiguiendo un segundo empleo- estire mi diestra para tomar la gafa de este y sin permiso alguno me los puse, mientras el camarero llegaba con las bebidas.

-Gracias cielo- le dije al camarero mientras tomaba mi bebida y la levante para hacer un brindis silencioso antes de dar un sorbo a mi bebida.

No pude negar que mis lentes le sentaban, al menos en un principio. Mi cabeza siendo mas grande que la suya, dio la apariencia de una niña probándose los lentes de papá. Permitiría que se quedará con ellos, ¿como los reclamaría?. No puedo jugar así por un par de lentes.

En mi fuero interno, tal como se me había enseñado - en forma particular - pensé, en las palabras correctas "Accio Place Vandome Nº12", en instantes tenia apoyados en mis orejas, los soportes de mis lentes de marco gris, al igual que el cristal.

- De nada. - Expresando inútilmente, sabia que no era lo que había pasado, que había aceptado ese auto regalo. Pero ella me llamaba la atención. Mi impulso fue hablar del empleo, que tal era y esos detalles entre colegas.

Pero, una voz que resonaba en el fondo de mi nuca, me decía otra cosa, todo ello en una fracción de segundo solo para obedecer y responder.

- En realidad dudo que me haya visto, quizás en mi largo paseo a mi entrevista. Si es así, su memoria le sirve bien. ¿Que recuerdos interesantes tendrá para contar?. - Dicho eso, apreté mi garganta, ¿que demonios dije?, era correcto actuar así, pero no me es propio actuar así. Esas son palabras de otra gente no de Demian O. Simkin.

Con el presentimiento que no era la primera vez que me ocurría, me descubrí, tensandome nuevamente, que le estaba sosteniendo la mirada.

¿Que me pasa?

- Cuéntame algo.- Mi sorpresa me era única, como podría rebotar tan fácilmente entre la seguridad de los actos y el nervio de mis pensamientos.

Sonreí divertida al ver como el hombre que tenía frente a mi decía aquellas palabras y levante mi ceja izquierda sin dejar de sonreír, este juego se ponía divertido.

- oh no era el gracias para ti- deje el vaso sobre la mesa par poder levantarme, saco do con una de mi diestra los lentes del rostro y me incline para quedar a unos centímetros de su rostro y acortando distancia al punto de que pudiera sentir mi respiración pero sin estar muy cerca de sus labios, con cuidado deposite un ligero beso muy cercano a la comisura de sus labios.

Mi diestra con habilidad coloco las gafas en el comienzo de la hilera de botones de su chaqué. Me aparte de el un poco.

- Gracias por la bebida - susurre alejandome por completo para contestar sus otras preguntas esperando la reacción del joven.- No hay mucho que contar la memoria de las damas es como la de los peces no pueden recordar lo que paso mas allá de una hora.- dije aquel comentario con banalidad para darle a entender que no hablaría de mi vida personal con el, por lo menos esa noche no.

Tome con mi mano izquierda el vaso que hacia poco había tenido que dejar para realizar mi movimiento. Sin importarle mucho su opinión di un gran sorbo a la bebida porque uno de mis placeres era sentir aquella agradable y seductora sensación en mi garganta.

-Lo más divertido de monótona vida ah sido ser Auror- dije mientras jugueteaba con el vaso sin apartar la vista del hombre sentado frente a mi.

¿Porque razón iba a jugar conmigo? De todos los posibles candidatos me elegía a mi. Si, eso era, un juego. No me dejaba cubrirme los ojos, ¿que era lo que deseaba ver en mi?. Me empezaba a incomodar, pero mi intriga era demasiado grande.

Estaba actuando mal, estaba cediendo terreno, decidí contra todos mis principios, sostenerle la mirada.

- Auror, no me imagino que sea una vida interesante hoy por hoy, ¿o ha sido por eso que te decantaste a jugar por esta zona? - Si, habia cambiado mi vocabulario a algo mas casual. Estaba forzado a jugar, tenia que manobriar.

- Algo interesante debes haber visto o esperado encontrar, ¿lo habras encontrado ya?. - Deja el juego en tu terreno, alguna vez me dijeron, cambia el ritmo, descoloca. Tenia que verle reaccionar.

Me reacomodé en mi asiento siguiendo su figura con la mirada.

¿Como iría ella a reaccionar?

- Tiene razón, quizas ya haya encontrado algo en que entretenerme- hice una pausa para contener una escena en mi mente. Me apoye en el respaldo de mi asiento volviendo a dar un trago a mi vaso casi acabandolo.

Sonreí con satisfacción al recordar la pregunta del dandy- No, entrar a la profesión fue para tranquilizar a mi padre y sguir sus pasos, supongo que usted entenderá que muchas veces ellos determinan la vida de uno- le sonreí de forma burlona - Pero jugar es bastante divertido. - Levante el vaso y di el ultimo sorbo, para después de eso con el gesto del moviendo del vaso pedir una bebida mas.

Hoy se veía al cantinero mas arreglado de lo normal, quizás debería cambiar de juego e ir a tomar un pequeño descanso con este.

Me reacomodé en mi asiento, dandome algo de tiempo. Perdía su atención. Llamarla de golpe era lo indicado.

- ¿A que jugamos? - Era una pregunta abierta. Daba espacio para todo, insistí en hacerle tomar iniciativa, dejaba el juego en su lado. Pero debía ser interesante.

- ¿Que quieres ganar? No, un juego no se gana. Solo se juega, y un juego interesante, requiere de algo sin revelar, y algo que se revele interesante. ¿Que tienes por ofrecerme?. - Estaba tirandome a la piscina, no sabia a donde iba, pero iba. Me era fuertemente incomodo. Pero, si vine a aprender algo, tenia que probar algo nuevo. Estaba fuera de lugar.

Tenia que no importarme....

Me reacomodé mis guantes, mientras le levantaba una ceja a mi acompañante.